¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

miércoles, 1 de julio de 2009

JULIO RAMÓN RIBEYRO (Perú, 1929-1994)

Uno de los narradores peruanos más notables del siglo XX; su obra cuentística, sobre todo, es de las más fecundas y significativas. Buena parte de ella, sin embargo, fue escrita y publicada discretamente, sin recibir la atención y el reconocimiento que merecía.

Justo el año de su muerte, cuando se encontraba en Lima, Ribeyro ganó el premio literario más importante de su vida el Juan Rulfo, otorgado en México.

Aunque la realidad peruana y especialmente la de Lima, donde nació, es el mundo al que su obra narrativa está íntimamente ligada, la mayor parte de su producción es europea, a donde llegó en 1952 antes de publicar su primer libro de cuentos, Los gallinazos sin plumas (1955) que reúne ocho cuentos de ambiente urbano. Se estableció en París y allí permaneció hasta los últimos años de su vida. Aunque su obra narrativa es la expresión más destacada del realismo urbano que surgió en el Perú durante los años cincuenta, no hay que olvidar que Ribeyro cultivó también el cuento fantástico y que algunas de sus historias ocurren en ambientes rurales de provincia, como su novela Crónica de San Gabriel (1960) o su notable relato -quizá su obra maestra- Silvio en el Rosedal (1976). El grueso de su extensa obra cuentística puede leerse en los tres volúmenes de la recopilación titulada La palabra del mudo (1973-1977) o en los Cuentos completos (1994).

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