¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

viernes, 19 de junio de 2009

RICARDO PALMA SORIANO (Perú, 1833-1919)

Nació en Lima. De familia modesta, estudió en el Convictorio de San Carlos. Fue co-fundador de «La revista de Lima», que fue, por su importancia, algo así como una prolongación del «Mercurio Peruano». En la «Revista de Lima» y después en la «Revista Peruana», fue moldeándose la obra tradicional de Palma y adquiriendo los contornos y características de una creación literaria.

Participó activamente en la política enarbolando ideas liberales por lo cual fue desterrado a Chile. Desde 1868 a 1872 fue secretario del presidente José Balta, posteriormente fue elegido senador por Loreto. La política no dejó gratos momentos a nuestro tradicionalista, que se decidió abandonarla el año de 1875. Feliz abandono que supuso para las letras patrias el triunfo definitivo de la vocación literaria, en su más alto representante.

En 1884 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de Lima, cargo que desempeñó hasta 1912. Fue también presidente de la Academia Peruana de la Lengua y correspondiente de la Española. En 1886 reunió todas sus poesías en un volumen y les puso un prólogo titulado La bohemia limeña de 1848 a 1860, que llamó la atención el mundo literario de entonces. Pero la obra que le dio fama imperecedera es la titulada Tradiciones peruanas. En plena Guerra del Pacífico su casa en Miraflores fue incendiada por la soldadesca chilena destruyéndose numerosos manuscritos.

Al concluir la guerra aceptó la tarea de reconstruir la Biblioteca Nacional. Por su incansable trajinar reuniendo libros de toda índole y de diversos países, se le llamó el Bibliotecario mendigo. En 1892 concurrió a España como delegado del Perú al IV Centenario del Descubrimiento de América, recibiendo cumplidos homenajes de las principales figuras de las letras castellanas.

Los últimos años de su vida fueron de tranquilidad. El 6 de octubre de 1919, a los 86 años de edad y rodeado de sus hijos, dejó de existir en su casa de Miraflores hoy convertida en museo.

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