¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

viernes, 19 de junio de 2009

MANUEL ASCENSIO SEGURA (Perú, 1805-1871)

Hijo de Manuel Segura, natural de Huancavelica, y Magdalena Cordero, de familia limeña. A la edad de 13 años sentó plaza de caballero cadete en el ejército español, y siguió la carrera hasta la batalla de Ayacucho en la que nuestro poeta hubo de capitular humildemente ante las fuerzas patriota de Sucre. Cambiada la forma de gobierno en el Perú, desempeñó Segura importantes colocaciones en el ramo de hacienda, particularmente en las aduanas del norte. Fue también comisionado de guerra con la clase de sargento mayor. Y aunque en el orden político poco interés demostró siempre, mereció no obstante alguna vez elección por Loreto, como diputado suplente.

Ejerció el periodismo con singular dedicación escribía artículos costumbristas con tono festivo; fundó periódicos satíricos como «Lima contra el espejo de mi tierra», «La Bolsa», «El Moscón» «El Vigía». Pero si bien bregó en la prensa periódica, sus triunfos, esos ruidosos triunfos que le han dado celebridad y gloriosa memoria están en los artículos de costumbres, trazados con mano firme, abierta conciencia y conocimiento absoluto del carácter nacional. En unas como en otras, Segura nos refiere las cosas y los vicios de su tiempo acremente juzgados, como para que se apreciase el daño y se procurase enmendarlo.

Una de sus primeras composiciones es La Pepa. Otra es Las calles de Lima. Pero es en Lances de Amancaes, conjunto de todo lo criollo, donde don Manuel Ascencio se eleva a inmensa altura sobre granítico pedestal. La saya y manto, El resignado, La moza-mala, todas sus comedias son verdaderas joyas de la literatura eminentemente nacional.

Segura escribió mucho, pero cuando había terminado un trabajo y no resultaba de su agrado lo destruía, y abandonaba el punto para siempre.

De la valoración crítica de su obra, en 1905, José de la Riva Agüero dijo "Sus comedias son muy dignas de atención. Segura describe la vida del pueblo, o la de aquella parte de la clase media que con el pueblo confina; y que participa de su carácter y aficiones. Esa es la sociedad que sabe pintar; y cuando pretende que sus personajes sean de esfera más encumbrada (como sucede en La saya y manto y Ña Catita), el menos sagaz observador descubre que allí, contra la intención del poeta, todo es popular; que son escenas de la plebe o de la gente que llaman de medio pelo. Segura no es de los que crean tipos originales; no es de los que, ahondando en la condición humana, sorprenden nuevos y profundos contrastes cómicos. No estudió al hombre en todos los tiempos; estudió al peruano, o, mejor dicho, al limeño, y al limeño de ciertas clases y de una época determinada; pero esto lo hizo con destreza. Su mérito está en la exactitud con que ha descrito los usos populares, en su gracejo, y en la facilidad y naturalidad de sus diálogos".

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