¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

martes, 23 de junio de 2009

JOSÉ MARÍA EGUREN (Perú, 1874-1942)

Nacido en Lima, Eguren marca una época en nuestra poesía.... Es el genuino precursor de las nuevas tendencias en la imagen como en la forma. Creó un mundo espiritual y poéticos propios en el que vivió subjetivamente.

Pertenece a la fase postmodernista del Perú y posiblemente la primera expresión lírica con rasgos contemporáneos que apareció en el país. Lo distingue un vocabulario delicado, una visión etérea elaborada con imágenes remotas y sugerencias nórdicas, y una estética depurada de toda ornamentación recargada propia del simbolismo. En realidad representa una de las muchas variantes innovadoras que siguió el posmodernismo hispanoamericano a partir de la primera década del siglo XX.

Eguren era un solitario, un hombre que vivió y creó en la mayor discreción, al margen de grupos y capillas, casi en un estado de ascetismo artístico. Desde su casa en el balneario de Barranco, hacía continuas exploraciones para observar la naturaleza, pintar acuarelas y tomar fotografías.

Su obra es relativamente exigua y se contiene esencialmente en Simbólicas (1911) y La canción de las figuras (1916). En esta última, nos parece estar escuchando uno de esos cuentos de la infancia, llenos de ternura y de candor. La miseria que él no sintió, le siguió fiel en los últimos años de su vida. Su obra pasó las fronteras de la patria y muchas veces en países lejanos se ha nombrado al Perú para elogiar a Eguren.

Al celebrado autor de Historia de la literatura hispanoamericana, Enrique Andersen Imbert, pertenecen estos conceptos en torno a Eguren "Su poesía tiene la incoherencia del sueño y la pesadilla. Las figuras aparecen y se desvanecen como fantasmas en nubes de opio. Los colores increíbles —sangre celeste, oros azulinos, noches purpúreas, barbas verdes- brillan un instante y luego se matizan, se funden y acaban por deshacerse en tinieblas... El poeta mezcla las sensaciones en desordenadas impresiones, y solo dos clases de orden parece respetar el orden de un vocabulario artístico muy elegido; el orden de esquemas musicales fijos".

En la edición de su Poesía completa (1961), Estuardo Núñez agregó Sombra y Rondinelas. Sus ensayos sobre arte y naturaleza se recogieron en el volumen Motivos estéticos (1959).

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