¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

domingo, 8 de febrero de 2009

JOHANN WOLFGANG (Von) GOETHE (Alemania, 1749-1832)

Fué el último de los clásicos y el Primer Romántico alemán, cumbre de la literatura de su país y una de las figuras más altas de las letras universales.

Su obra estrechamente ligada a su vida, se alimentó siempre de ésta y da mayor relieve a la figura del hombre, arquetipo europeo, que supo expresar, en Fausto, un hito de la mentalidad alemana. Estudió Derecho en Leipzig. El joven concluyó la carrera, pero además y sobre todo, frecuentó la sociedad universitaria, absorbió los sentimientos románticos nacientes y se impuso pronto por sus primeras poesías y su atractiva personalidad.

Un viaje a Italia precipitó una nueva fase de su evolución el arte clásico lo atrajo entre las ruinas de Roma y el deslumbramiento del Mediterráneo. Para la compañía teatral que él mismo creó en Weimar, escribió dramas cada vez más clásicos y ceñidos Egmont, Tasso y; en especial Ifigenia en Táuride.

Casó en 1806 con Cristiane Vulpius, que murió en 1816 y que ya le había dado un hijo. Acontecimiento capital de su existencia fue la amistad con Shiller, de la que dan fe los epigramas, Xenien (1776), y una de las correspondencias más extraordinarias en la historia de la literatura.

Sin llegar a condenar los principios de la Revolución Francesa, expresó disgusto por sus métodos; cuando el nacionalismo antinapoleónico se extendió, se mantuvo asimismo distante. Su voluntad reformista era la de una modificación progresiva y beneficiosa, dirigida por las capas privilegiadas de la sociedad. Las dos obras fundamentales que se le deben ocuparon su mente durante años; la primera de ellas Wilhelm Meisters (1795-96), ya había por una primera versión en 1775 (Wilhelm Meisters Theatralische Sendung), continuada en 1785. La novela, que no se publicaría hasta 1911, es una muestra ejemplar de «Bildungsroman», o estudio evolutivo de un carácter, donde confluyen la historia externa y sus reacciones, y vale como símbolo paradigmático de una época. De 1823 a 1829, trabajó en Weihelm Meisters Wanderjahre, serie de episodios en un tono análogo de evolución narrativa, cuya primera parte redactó en 1807, y que no se publicó hasta 1821.

Pero la sublimación de su obra se halla en las dos partes de Fausto, donde confiere sentido universal a la vieja leyenda del que vendió su alma al diablo por afán de poder y sabiduría.

Apreciación literaria. Inicia su obra literaria bajo la influencia de los prerrománticos del grupo Sturm und Drang, pero su estilo evolucionó hacia un clasicismo puro. Su obra abarca diversos géneros como el drama, la poesía, el ensayo científico; pero alcanza su mayor altura en la narrativa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario