Desde entonces su vida fue solitaria y metódica. De una extrema regularidad, se levantaba, almorzaba y se acostaba todos los días a la misma hora, daba siempre el mismo paseo y escribía y estudiaba en un cuarto que debía conservar constantemente la misma temperatura.
Así lo sorprendió la vejez. Comenzó por perder la vista, luego la memoria y el uso de la palabra; pero su fama ya era entonces muy grande. Las autoridades de la ciudad de Koenisberg quisieron rendirle un digno homenaje y decidieron conservar en un museo todos los objetos que habían pertenecido al filósofo.
El libro más importante de Kant es el titulado Critica de la razón pura; su influencia fue tan grande, que él solo dominó durante muchas décadas toda la filosofía europea. En él se estudia el problema de la posibilidad del conocimiento.
Aunque hay ciertas ideas, como las del espacio y el tiempo, que son anteriores a toda experiencia, el conocimiento del mundo se basaría esencialmente en el testimonio de los sentidos. Con ellos, sin embargo, el hombre sólo puede conocer la apariencia del mundo, no su verdadera realidad, y nada fuera del mundo. Esta doctrina, llamada crítica, es intermedia entre el dogmatismo, que afirma que las cosas son tal como las conocemos, y el escepticismo, que niega que sea posible conocer algo con exactitud.
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