¡BIENVENIDO!
Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.
Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.
¿Qué ofrecemos?
Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.
Nació en la región de Turena. Su padre, Antoine Rabelais, señor de Lerné, era un próspero abogado. Según las crónicas, el joven Rabelais comenzó sus estudios en la abadía benedictina de Seuilly. Después se ordenó fraile franciscano, pero abandonó la orden porque le confiscaron sus libros de griego y volvió con los benedictinos. Amplió sus estudios en varias universidades, entre las que figuran las de París y Montpellier, se trasladó a Lyon, un importante centro intelectual de la época, donde practicó la medicina y publicó una reedición de los Aforismos del médico de la antigüedad griega Hipócrates. Al mismo tiempo expresó su sentido del humor escribiendo almanaques populares sobre Astrología.
Entre otras obras Horribles y espantosos hechos y proezas del famosísimo Pentagruel, novela (1532). Parodia burlesca de los libros de caballería.
Nació en la región de Turena. Su padre, Antoine Rabelais, señor de Lerné, era un próspero abogado. Según las crónicas, el joven Rabelais comenzó sus estudios en la abadía benedictina de Seuilly. Después se ordenó fraile franciscano, pero abandonó la orden porque le confiscaron sus libros de griego y volvió con los benedictinos. Amplió sus estudios en varias universidades, entre las que figuran las de París y Montpellier, se trasladó a Lyon, un importante centro intelectual de la época, donde practicó la medicina y publicó una reedición de los Aforismos del médico de la antigüedad griega Hipócrates. Al mismo tiempo expresó su sentido del humor escribiendo almanaques populares sobre Astrología.
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