¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

sábado, 7 de febrero de 2009

ESQUILO (Grecia, 525-456 a. J.C.)

Fue uno de los «Maratonianos»; luchó en las guerras promovidas contra los Persas en la batalla de Maratón 490 a. C., en las de Salamina 480 a. C. y, posiblemente, en la de Platea.

Alguna de sus obras, como Los persas 472 a. C., y Los siete contra Tebas 467 a. C., son el resultado de sus experiencias de guerra. Fue, también, testigo del desarrollo de la democracia ateniense. En Los suplicantes 490 a. C., puede detectarse la primera referencia que se hace acerca del poder del pueblo, y la representación de la creación del Areópago, tribunal encargado de juzgar a los homicidas. En Las Euménides 478 a. C., se apoya la reforma de Efialtes 462 a. C., transferencia de los poderes políticos del Areópago al Consejo de los quinientos.
Se le acusó de haber revelado los misterios de Eleusis, por lo que fue juzgado y posteriormente absuelto.

Viajó a Siracusa Sicilia, invitado por el tirano Hiéron, para el que produjo Las mujeres de Etna en honor a la nueva ciudad de Etna que éste había fundado, y puso, de nuevo, en escena, Los persas. Tras la representación de la Orestíada 458 a. C., volvió a visitar Sicilia, donde murió en Gela, entre 456 a. C. y 455 a. C.

Tuvo un hijo, Euforión, que, como él, fue un poeta trágico.

Escribió 82 piezas (algunas fuentes las cifran en 90), consiguió su primera victoria en composición dramática en el 484 a. C., siendo sus rivales Pratinas, Frínico y Quérilo de Atenas. Sólo fue vencido por Sófocles en el año 468 a. C.

De la importancia de su obra da fe el hecho de que se permitiera que sus obras fueran representadas y presentadas en el agón («certamen») en los años posteriores a su muerte, junto a las de los dramaturgos vivos; un honor excepcional ya que era costumbre que las obras de los autores fallecidos no se pudieran presentar al agón.

De toda su obra sólo se conservan siete piezas, seis de ellas premiadas, y sustanciosos fragmentos de otras tantas.

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