¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

miércoles, 1 de julio de 2009

FRANCISCO BENDEZÚ (Perú, 1928-2004)

Poeta y periodista limeño. Representante de la generación del 50. Francisco Bendezú es uno de los grandes líricos del siglo XX. Estudió en el colegio La Recoleta de Lima y tiene por esa razón un cariño entrañable por la lengua francesa. Más tarde hizo estudios en la Universidad de San Marcos donde se doctoró en Letras. En 1953 viajó a Italia y fue discípulo de uno de los mayores poetas italianos Giusseppe Ungaretti. Publicó en 1960 una plaquette titulada Arte menor y en 1961 Los años, libro que reúne su producción entre los años 1946 y 1960. Después hubo que esperar hasta 1971 para que el poeta se decidiese a dar a luz Cantos, bellísimo libro de poemas de amor. Finalmente el poeta ha publicado en 1983 El piano del deseo, un pequeño libro que es, a nuestro juicio, lo mejor de su producción.

Mallarmé, uno de los poetas admirados por Bendezú, decía que la poesía necesita recuperar el territorio de lo sagrado. Para el poeta francés, en su escritura, la religiosidad se recuperaba usando las palabras no en el primer sentido de diccionario, sino en la virtualidad de los otros sentidos. Bendezú, que conoce bien la propuesta de Mallarmé, la dota de otra originalidad. Ningún otro poeta peruano como él, salvo Vallejo, utiliza tantas palabras que pueden parecernos difíciles a muchos. Pero esa valla es una invitación a la actividad del lector, convierte a la comunicación literaria en algo creativo, nos obliga a consultar diccionarios, a mejorar el bagaje de nuestros conocimientos
lingüísticos.

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