¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

jueves, 2 de julio de 2009

CESAR CALVO (Perú, 1940 - 2000)

Poeta. Nació en Iquitos, es autor entre otros libros, de Poemas bajo tierra (1965); Ausencias y retardos (1963); El cetro de los jóvenes (1967) y Pedestal para nadie (1975). Cuando empezó a escribir muchos lo percibieron como un continuador de la lírica de Rose, pero pronto tuvieron que admitir que se trataba de una voz muy original. Calvo traía un renovado sentido del ritmo, un conocimiento de la versificación clásica castellana que inclusive le sería útil en el verso libre como puede evidenciarse en su poema "Nocturno de Vermont", en el cual combina versos endecasílabos con versos heptasílabos, estos últimos a veces divididos en otros versos de tres y cuatro sílabas, a lo que se añaden versos alejandrinos.

A lo largo de toda su producción conocida, Calvo tiene siempre imágenes deslumbrantes. Su poesía da la impresión de ser imaginada por alguien que tiene asombrosa facilidad para la escritura y maneja el ritmo del castellano con mucha propiedad. Por eso mismo el peligro que acecha a la dicción de Calvo es el facilismo. En sus mejores momentos es un poeta a la vez de lujo verbal y de conmoción sensorial que tiene al mismo tiempo, como Heraud, otra veta que anhela el cambio social. Pero lo que en Heraud era deseo y premonición, en Calvo, sobre todo en sus poemas escritos después de 1965, es constatación de una realidad descorazonante.

Temáticamente Calvo tiene una veta sensual y nostálgica, otra interesada en la marcha de la sociedad, con una voluntad de transformarla, y otra que expresa simplemente la voluntad de cantar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario