
Ingresó a la Orden de la Merced. Residió en Portugal y en el monasterio de Estercuel, e Aragón, y tras un viaje a Santo Domingo, regresó en 1618 para instalarse en Madrid.
En 1627 se publicó la primera parte de sus comedias. Entre 1634 y 1635 se publicaron de la segunda a la quinta parte de sus obras, que en total incluyeron ochenta comedias. Murió en Soria, de cuyo convento era prior.
Tirso escribió varios centenares de obras de las que se conservan unas sesenta, en las que destacan la claridad expositiva, la finura psicológica en la presentación de los personajes, un agudo ingenio para la sátira, y la gracia de alguna de sus piezas cómicas. Su obra más conocida es El burlador de Sevilla y convidado de piedra, de 1627, una comedia en la que el legendario personaje de Don Juan aparece formalmente por primera vez como personaje literario. Otra obra suya fundamental es El condenado por desconfiado, de 1635, con Enrico, otro burlador de mujeres, poseído por un enorme dinamismo que no admite más ley que la de su deseo, en nombre del cual comete los más tremendos desafueros.
Las obras teatrales de Tirso suelen agruparse en comedias de enredo, de costumbres y de carácter y, de hecho, han quedado oscurecidas por sus dos comedias más importantes. Entre ellas hay sátiras de la hipocresía femenina, como Marta la piadosa (de 1614) y Don Gil de las calzas verdes (1615), dos obras suyas que aún se representan. En Tirso se combina lo culto y lo popular, y una gran rapidez dramática que destaca entre cuestiones incidentales o de simple efectismo que tenían gran éxito entre el público de su época.
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