
Beckett obtuvo la licenciatura en lenguas romances en 1927 y el doctorado en 1931. Entretanto pasó dos años como profesor en París. Al mismo tiempo continuó estudiando al filósofo francés René Descartes y escribió su ensayo crítico Proust (1931), que sentaría las bases filosóficas de su vida y su obra.
En 1937 se estableció definitivamente en París, pero en 1942, tras adherirse a la Resistencia, tuvo que huir de la Gestapo.
Al final de la guerra regresó a París, donde produjo cuatro grandes obras su trilogía Molloy , Malone muere y El innombrable, novelas que el propio autor consideraba su mayor logro, y la obra de teatro Esperando a Godot ( 1953), su obra maestra en opinión de la mayoría de los críticos.
Tanto en sus novelas como en sus obras, Beckett centró su atención en la angustia indisociable de la condición humana, que en última instancia redujo al yo solitario o a la nada. Asimismo experimentó con el lenguaje hasta dejar tan sólo su esqueleto, lo que originó una prosa austera y disciplinada, sazonada de un humor corrosivo y alegrada con el uso de la jerga y la chanza. Su influencia en dramaturgos posteriores, sobre todo en aquellos que siguieron sus pasos en la tradición del absurdo, fue tan notable como el impacto de su prosa.
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