¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

miércoles, 11 de febrero de 2009

PEDRO SALINAS (España, 1891-1951)

Poeta, narrador, dramaturgo, ensayista y crítico literario español adscrito a la generación del 27 de la que es uno de sus representantes más destacados con una obra variada que se caracteriza por su lírica intelectual y flexible en la que se encadenan ideas y sensaciones siempre bajo el control de la visión del poeta.

Durante la guerra civil española fue condenado al exilio y, desterrado en el "mundo de las máquinas"- Estados Unidos -, Salinas manifestó su creencia de que la sobrestima de la técnica y el progreso habían extraviado al hombre, conduciéndole a la autoeliminación. Esta idea se aprecia claramente en su libro El defensor, publicado por primera vez en 1948, y en el que su autor presenta una serie de ensayos en defensa de distintos aspectos asociados al lenguaje.

Publicó su primer libro de poemas, Presagios (1924). Es una obra de una poesía reflexiva pero clara y contenida, sin excesos léxicos ni verbales. Siguieron Seguro azar (1929) y Fábula y signo (1931) dentro de una línea de indagación interna en la que, sin embargo, aparecen frecuentes referencias al cine, los automóviles y otros objetos del mundo cotidiano del poeta. La voz a ti debida (1933), título tomado de un verso de Garcilaso de la Vega, para la crítica supone la obra capital de Salinas, con una intensa profundización de la experiencia amorosa. Razón de amor (1936) es un libro poseído de pasión e inquietud, aunque más pegado a la tierra que el anterior. La trilogía, que según algunos especialistas le convierte en el mejor autor español de la llamada poesía pura y uno de los líricos con mayor sutileza en los matices, viene cerrada con Largo lamento (1939), tal vez menos completo que los otros dos, pero con momentos de gran altura.

Después publica El contemplado (1946) y Todo más claro (y otros poemas) (1949). En el primero el objeto de su inspiración es el mar de Puerto Rico. En el segundo da muestras de gran sensibilidad hacia los acontecimientos históricos de su tiempo. Confianza es un libro póstumo (1952) donde se expresa con un ánimo decidido y recupera el intimismo de su primera época. En general, para Salinas el mundo es desorden y caos, oscuridad, y con la poesía intenta modificar la percepción de una realidad, que cambia incesantemente, en algo superior que sea fuente de la seguridad que busca en el mundo, algo que un crítico definió como "conceptismo interior".

Obra en prosa Víspera del gozo (1926), la novela La bomba increíble (1950).

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