
Su oficio de escritor comenzó con Manual de pintura y caligrafía (1977), novela que contiene sus ideas éticas y poéticas fundamentales. Sin embargo fue Alzado del suelo (1980) la novela que lo reveló como un gran novelista maduro y renovador. Se trata de una novela histórica, situada en el Alentejo entre 1910 y 1979, con un lenguaje campesino, una estructura sólida, una historia bien documentada, y un estilo humorístico y sarcástico que llamó enormemente la atención en su momento.
Sus últimas obras son Ensayo sobre la ceguera (1995), en la que el autor, desde planteamientos éticos, advierte sobre "la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron"; en esta novela, Saramago, escéptico pero solidario, reflexiona sobre el nuevo milenarismo que la humanidad está viviendo y se cuestiona si es posible la esperanza. En 1997 publicó Cuadernos de Lanzarote (1993-1997), un libro curioso en el que, a manera de diario, cuenta la vida cotidiana, pero reflexionando sobre el ser humano, el espacio y el tiempo. Ese mismo año también publicó Todos los nombres, incursión en el mundo kafkiano de la burocracia visto por un sólo personaje, don José, un funcionario que vive una intensa pasión. En 2000 salió a la venta La caverna, una áspera visión de la sociedad de consumo, cuyo título hace referencia a la escena descrita en La República de Platón. Con ella cierra la "trilogía involuntaria" iniciada con Ensayo sobre la ceguera y Todos los nombres.
Recibió el premio Nobel de Literatura 1998.
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