¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

miércoles, 17 de junio de 2009

MIGUEL HERNÁNDEZ (España, 1910-1942)

Poeta y dramaturgo español, de origen campesino y formación autodidacta que manifiesta en sus obras un hondo sentido de la tragedia y una sensibilidad muy propia del siglo XX, empleando para ello las formas líricas españolas tradicionales.

Miembro del Partido Comunista Español, durante la República participó en las Misiones pedagógicas, creadas para llevar la cultura a las zonas más deprimidas de España. Tomó parte activa en la Guerra Civil española y asistió al Congreso internacional de intelectuales antifascistas de 1937 en Valencia. Acabada la guerra intentó escapar pero fue detenido en la frontera portuguesa. Condenado a pena de muerte, se le conmutó por la de treinta años, pero no la cumplió porque la tuberculosis acabó con su vida en 1942 en el penal de Ocaña.

Tras una primera etapa influida por Góngora, en la que destaca la perfección formal en la expresión de los sentimientos amorosos Perito en lunas (1933); El rayo que no cesa (1936), pasó a concebir la poesía como un instrumento de lucha social durante la guerra civil, en la que intervino como comisario de cultura Viento del pueblo (1937), una poesía militante y propagandística como la que también realizaba Rafael Alberti y que llamaba "poesía de guerra". El rostro humano y cruel de la guerra así como el sufrimiento de sus compañeros en el campo de batalla es lo que se ve en El hombre acecha (1938). Su obra póstuma Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941) de un sobrio esteticismo en el que la luz procede de la desnudez de las palabras. Los temas de esta obra son los tradicionales de la lírica popular española como el amor hacia la esposa e hijos, la soledad del prisionero y, por supuesto, las consecuencias de la guerra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario