En Stratford (Inglaterra), Guillermo Shakespeare, el más grande dramaturgo de habla inglesa y una de las más descollantes figuras de la Literatura Universal. Su padre fue un comerciante de mediana condición económica y su mamá, María Arden, descendía de una familia de la «pequeña aristocracia» campesina.Defendiendo la tesis de que Shakespeare no fue un hombre culto, hubo críticos que han sostenido infructuosamente la afirmación de que el autor de las obras atribuidas a Shakespeare, fue Francisco Bacon.
A los veintiún años formaba parte de una compañía de actores. Con el correr del tiempo fue primero director y empresario de la compañía, y posteriormente dueño del teatro «El Globo», escenario de sus mayores éxitos. De su matrimonio con Ana Hathaway, ocho años mayor que él, nació su hija Susana a la que tanto idolatró.
Su paso de actor a autor fue paulatino. En un principio se dedicó al arreglo de obras teatrales y después a la adaptación de antiguas farsas.
Con la tragedia «Romeo y Julieta», escrita en 1594, Shakespeare adquiere nombradía y popularidad.
Fue también autor de inspiradas poesías que lo colocan entre las figuras del parnaso inglés.
Gozó del apoyo y protección del conde Southampton, de la reina Isabel la Grande y de Jacobo I.
A los treinta y cinco años, Shakespeare alcanza su apogeo. Tuvo un serio Rival, Ben Jonson, que no detuvo su carrera ascensional.
Los últimos años de su vida, los pasó en Stratford, lugar de su nacimiento, dedicado a la administración de sus bienes que los adquirió con las excelentes ganancias, que obtuvo como actor, autor y empresario.
Shakespeare tuvo un extraordinario poder creador tanto para la comedia, que se caracteriza, como sabemos, por ser alegre, como para la tragedia, esencialmente dolorosa. Destacó, también, en el drama, en el que se mezclan como ocurre en la vida, lo cómico y lo doloroso. Sus admirables facultades de psicólogo le permitieron expresar a sus personajes todos los sentimientos y todas las pasiones humanas. Su teatro, se ha dicho, es una inmensa galería de "caracteres vivos y particulares».
A Shakespeare se le atribuyen treinta y seis obras teatrales. Compuso diez dramas históricos, entre los que destacan, teniendo como fondo la guerra de las Dos Rosas, los siguientes Enrique IV, Enrique VI y Ricardo II. En el drama Enrique IV, el personaje principal es Falstaff, estrafalario y vicioso, que no obstante despierta la simpatía del público. Entre sus tragedias más famosas, y que son conocidas universalmente, tenemos Hamlet, Macbeth, Otelo, El Rey Lear, Romeo y Julieta, Entre sus más festejadas comedias tenemos Las alegres comadres de Windsor, La fierecilla, domada, El mercader de Venecia, La noche de Reyes, Mucho ruido para nada, El sueño de una noche de verano, Como gustéis, y La tempestad.
Apreciación literaria. Aunque la obra de Shakespeare estaba escrita para el público burgués de Londres, pues en su conjunto abarca los más diversos temas, tonos y estilos, lo que la hace asequible a la sensibilidad de los más variados públicos. Su estilo es vigoroso y lleno de imágenes; el ritmo de sus versos se fue haciendo cada vez más flexible y adecuado al asunto, hecho que resulta especialmente palpable en sus grandes tragedias.
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