¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

sábado, 7 de febrero de 2009

PUBLIO OVIDIO NASON (43 a.C.-17 d.C.)

Nació en Sulmona, en Italia Central, de una familia acomodada de rango ecuestre, a la que incomodaba la afición de su hijo hacia la poesía. Siendo muy joven fue enviado a Roma para estudiar; tuvo como maestros de elocuencia a los gramáticos más afamados de su tiempo Arelio Fusco y Porcio Latrón. Luego viajó a Atenas, a Asia Menor y a Sicilia.

A su regreso a Roma, se introdujo en ambientes intelectuales, pero fuera de los círculos de Mesala y Mecenas. Desempeñó diversos cargos públicos, pero finalmente rechazó la política para dedicarse plenamente a la poesía, en la que vertió su vasta cultura y erudición. Tenía una gran facilidad para componer poesía y alcanzó un inmenso éxito.

Su vida personal y poética está partida por su lamentable condena al destierro. En el año 8 a.C. fue objeto de una acusación, aún no aclarada; Augusto lo envió a Tomos (en la costa occidental del Mar Negro, en la Dacia), y tuvo que abandonar para siempre la familia que había formado, su círculo de amistades y la fama y el éxito que ya conocía como poeta.

Se han aducido dos posibles razones que pudieron motivar la condena de Ovidio por parte de Augusto-haber presenciado algún suceso escandaloso en el seno de la familia imperial; haber publicado su Ars amandi (El Arte de Amar), que con sus connotaciones eróticas vulneraba la moral que Augusto pretendía imponer.

Ovidio murió en el destierro, añorando Roma y suplicando angustiosamente a unos y a otros que intercedieran ante el emperador Augusto para que le fuera levantado el castigo.

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