¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

sábado, 7 de febrero de 2009

EURIPIDES (Grecia, 480-406 a. J.C.)

Según la tradición, Eurípides nació en Salamina, el día de la gran batalla naval entre los griegos y los persas. Sus padres, según afirman ciertos expertos, pertenecían a la nobleza; en opinión de otros, sin embargo, eran de origen humilde. Su hijo, en cualquier caso, recibió una esmerada educación. Además de sus escritos se interesó muy especialmente por la filosofía y la ciencia. Si bien Eurípides no se identificó personalmente con una determinada escuela filosófica, recibió la influencia de los sofistas y de filósofos como Protágoras, Anaxágoras y Sócrates. Fue un hombre austero, y se consideraba incomprendido por sus contemporáneos. Al final de su vida abandonó Atenas y se instaló en Macedonia.A diferencia de Esquilo y Sófocles, Eurípides representaba los nuevos movimientos morales, sociales y políticos surgidos en Atenas hacia finales del siglo V a.C. Eurípides, sumamente receptivo a todas ellas, introdujo una nueva conciencia en la tragedia. Se interesó ante todo por el pensamiento y las experiencias del ser humano ordinario, más que por las figuras legendarias del pasado heroico. Si bien bebió en las fuentes de la mitología antigua, Eurípides trataba a sus personajes de un modo realista ya no eran símbolos idealizados y ajenos a la vida normal, sino que se comportaban como sus contemporáneos atenienses. Eurípides compartió el escepticismo intelectual de su época y arremetió en sus obras contra los dogmas morales y religiosos del pasado, que aún gozaban de cierto crédito entre el pueblo llano. Su actitud y su estado de ánimo se movían entre ambos extremos, a veces incluso dentro de una misma obra. Era capaz de demostrar la corrupción y la debilidad humana con amargura y hondo realismo, y al mismo tiempo de reflejar en sus obras un profundo respeto por el heroísmo humano, la dignidad y la pasión.

Eurípides asignó un lugar destacado en su obra a los personajes femeninos y el protagonista de sus dramas era con frecuencia una heroína del crimen o la virtud, inclinándose de manera especial por aquéllos que sugerían emociones violentas y actos románticos. Tales fueron las historias de los héroes Belerofonte y Faetón, que Eurípides fue el primero en tratar dramáticamente.

Apreciación literaria. Su obra, influida por los filósofos de su época, se caracteriza por el análisis de las pasiones amorosas, el estudio del carácter femenino, las preocupaciones filosóficas, el hallazgo de nuevos temas y el papel concedido a los coros.

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