¡BIENVENIDO!

Cualquier texto escrito no es literatura; sólo lo serán aquellos que estén realizados con arte. Una obra literaria tiene un valor estético en sí misma, que hace que sea apreciable, valorable o medible en cualquier momento, pero también está sujeta a los valores estéticos de la época, del lector o del crítico que determinan lo que está escrito con arte y lo que no. El paso del tiempo es quien dirime este asunto.

Las Colecciones Pluma de Oro y Mi Libro recogen las más grandes obras literarias de todos los tiempos -nacionales y extranjeros- a través de una recopilación que abarca autores como Homero, Garcilaso de la Vega, William Shakespeare, Franz Kafka, etc. y que nos presenta lo mejor de ellos en un arte cuyas manifestaciones son las obras literarias.

¿Qué ofrecemos?

Dos grandes colecciones de títulos que están en constante incremento con reseñas de la obra y el autor al inicio de la misma (para facilidad de los estudiantes) así como preguntas sobre la comprensión de la obra, análisis crítico y creatividad.

domingo, 8 de febrero de 2009

ALEJANDRO DUMAS (Padre) (Francia, 1802-1870)

Novelista francés que nació en Villers-Cotterets. A los 18 años empezó a trabajar en una notaría de su pueblo natal, de donde salió dos años después para París con 53 francos, un melodrama y una carta para el general Foy, quien le colocó de amanuense en las oficinas del duque de Orleáns (después Luis Felipe). Aunque su sueldo era modesto, le permitía vivir en París y frecuentar los círculos literarios, cosa muy útil dada su formación cultural insuficiente, que procuró compensar, también, con abundantes lecturas y estudios de historia y literatura.

En su juventud fue exaltado romántico en las letras y en la política. Participó en la Revolución de 1830. Contribuyó a la Revolución de 1848 y se refugió en Bruselas. Después regresó a París y rehizo su fortuna. Ganó inmensa fortuna que derrochó a manos llenas.

Su vida literaria empieza con algunos vaudevilles. Compuso Enrique III, drama pasional basado en los celos del duque de Guisa, que se estrenó en febrero de 1829 con enorme éxito. Siguieron otras varias piezas teatrales, siendo La Torre de Nesle la más popular y de mayor elevación dramática. Todas tienden al melodrama. Los personajes actúan sin analizar los motivos y no nos damos cuenta, sino después de reflexionar, de la inverosimilitud de sus aventuras.

Apreciación literaria. Los críticos no han sido benévolos con él y en general le han escatimado los elogios. Algunos consideran sus obras extrañas a la literatura y afirman que no hay que buscar en ellas ni historia, ni psicología, ni estilo con color y carácter. Sin embargo, no se puede negar que es un excelente narrador, con intuición para lo dramático, viva imaginación e increíble facilidad de estilo, brioso y pintoresco. Sus obras divierten y apasionan. Estas cualidades le pusieron a la cabeza de los escritores populares del siglo XIX.

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